En defensa de Vurgur®
Salchi nos explica por qué la cinematografía inusual de Yorgos Lanthimos, que se debate entre lo estúpido y lo fascinante, es esencial.
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En la opinión de Salchi:
Entre los muchísimos gags recurrentes en los contenidos de Paiki Network —que van desde mi puntuación a Moonfall en mi Letterboxd a la guapura (gulp) de AMLO—, uno de los más frecuentes es el desprecio de Ruy por Yorgos Lanthimos, director griego multipremiado (aunque nunca con un Oscar) quien, por razones misteriosas, en Paiki Network es conocido como Vurgur®. Y si bien estoy acostumbrado a que los creadores raritos experimenten rechazo y burla (real o solo por convivir), creo que la conversación ha llegado al punto en que me gustaría explicar qué hace tan interesante al trabajo de Vurgur® y cómo ha conseguido tener en mí a un seguro espectador de lo que ponga en las salas de cine.
Por supuesto, esta historia es una historia personal y para no perderme, iniciaré desde el principio. El mío, por lo menos. Y hay spoilers, les aviso.
Dogtooth (2009) fue mi primera película de Vurgur® y me hipnotizó. En ella, una pareja vive con su hijo y dos hijas. Los tres fueron criados con tácticas entre engañosas e incomprensibles, aislados del mundo exterior. Los padres le han dicho a sus hijos que solo estarán listos para abandonar la casa cuando pierdan un colmillo (?). Además, los hijos creen que tienen un hermano entre sus vecinos. Seguí con The Lobster —suficientemente popular como para esta sí poder verla en cines— que, contra todo pronóstico, no me fascinó aunque también tiene ese algo que se ha convertido en un sello del director: la capacidad de crear mundos que se ven, sienten y creo que hasta huelen como el nuestro… pero con reglas diferentes. Yorgos (y sus aliados, porque definitivamente no trabaja solo) han creado historias donde los personajes tienen nombres convencionales, con casas normales y hasta ropa tradicional, pero que hacen o se enfrentan a acciones que van de lo incómodo a lo desquiciante. En The Lobster, nuestro protagonista es obligado a encontrar pareja en máximo 45 días. Si el tiempo se agota y él sigue soltero, será transformado (quién sabe cómo) en el animal de su elección. Por lo menos David (Colin Farrell) sabe que está decidido a convertirse en una langosta.
A estas alturas, incluso con la ligera decepción que viví con The Lobster, ya estaba profundamente interesado en la filmografía de Vurgur®. Y fue con The Killing of a Sacred Deer donde terminó por convencerme de que lo que vi en Dogtooth no fue un accidente ni una casualidad, sino un complejo estilo narrativo que combina lo absurdo con lo imposible a través de personajes y diálogos que en muchas ocasiones son ejecutados con una calma y pasividad perturbadora.
¿Cómo puede nuestro protagonista (Colin Farrell, otra vez) estar tan ecuánime cuando el personaje de Barry Keoghan le avisa que tiene que matar a un miembro de su familia y si se niega, uno por uno caerá en una lenta y dolorosa muerte que va desde la parálisis hasta el sangrado a través de los ojos?
¿Cómo podría Barry Keoghan tener el súper poder de destruir telepáticamente la salud de otros seres humanos si en este universo no existen ni los súper poderes ni los superhéroes? Nunca tenemos la respuesta y creo que ahí es donde la audiencia de Yorgos se divide en dos grandes grupos: primero entre quienes encuentran estas historias como artificiales y diseñadas para impresionar cueste lo que cueste; segundo: en quienes vemos fascinante la manipulación de las reglas sociales sin efectos especiales, sino construidas con diálogos y poderosas actuaciones en situaciones aparente habituales, pero con razones inexplicables. En el cine de Yorgos Lanthimos, hay una línea muy delgada que divide lo estúpido de lo fascinante. Ustedes ya se pueden imaginar de qué lado he visto su filmografía.
En mis intereses artísticos, aprecio profundamente la construcción de un estilo y acepto sin problema pueda hacerme dejar pasar muchas fallas por alto —no por nada sigo interesado en los videojuegos de Suda51, por ejemplo. Y si ese estilo nos lleva a la creación de historias frescas e interesantes, poco o nada me importa si caen en lo pretencioso. Ahí es donde yo armaría un diagrama de Venn donde Lynch y Lanthimos se encuentran: no permiten que la lógica arruine una buena historia. Y si parte del costo es que una parte de la audiencia los deteste, ni hablar. Es el costo a pagar por esquivar el uso de fórmulas al crear historias—aunque ello se termine convirtiendo en la propia fórmula, por supuesto.
Con The Favourite (con u), Yorgos tomó decisiones narrativas un tanto menos controversiales que, a mi parecer, la convierten en su película más accesible pero sin caer en lo convencional. Ayuda que además es una comedia genuinamente divertida, claro, y que tanto Emma Stone como Olivia Colman y Rachel Weisz están espectaculares. Esa también es parte de mi fascinación con Vurgur®: usualmente exprime las mejores actuaciones de sus actores.
Y como un péndulo, NIMIC es un regreso furioso a las historias que desafían toda lógica en contextos aparentemente inofensivos. En el cortometraje de apenas 12 minutos —que puedes ver completo acá y fue filmado en CDMX, por cierto— nuestro protagonista se encuentra en el metro y de la manera más insospechada con su doppelgänger. Pero este doppelgänger no funciona como los demás, porque ante el espectador el otro ser es claramente una mujer, con un aspecto radicalmente diferente al de Matt Dillon.
Y todo se complica cuando los hijos y la esposa de Matt necesitan pruebas para saber quién de los dos es su padre o esposo, porque simplemente no lo pueden descifrar. Y todo sucede sin explicación alguna, por supuesto. Y es tan desquiciante como lo puedes imaginar.
Para mi desgracia, Poor Things abandona lo extremo de sus situaciones incomprensibles en mundos convencionales para enfocarse violentamente en distorsionar el universo donde viven sus personajes. El mundo de Poor Things es, sin duda, un mundo visualmente diferente al nuestro. Y para crearlo se necesitó de efectos especiales y una dosis de fotorrealismo.
Por supuesto que las situaciones que vemos en Poor Things no son las de una película tradicional, pero para el estándar de Vurgur®, sí lo son. La película me gustó principalmente por las actuaciones de Stone y Ruffalo, pero no recibí con felicidad la perturbación de un mundo como el mío —de hecho, Poor Things es como poner un poquito de The Lobster en el mundo del Mellon Collie and the Infinite Sadness. Suena como una combinación espectacular, pero desafortunadamente no funcionó al 100% conmigo.
Hoy estamos ante el inminente estreno de Kinds of Kindness, película de casi tres horas que se estrenó en Cannes 2024, apenas ocho meses después de Poor Things. Aún no sé si Yorgos y Emma Stone tomaron la mejor decisión o si cometieron el error de publicarse de más. Demasiada película en extremadamente corto tiempo, quizá. Incluso esas colaboraciones legendarias entre actores y directores —como Scorsese con De Niro o Philip Seymour Hoffman con Paul Thomas Anderson— resultaron menos frecuentes. Solo queda esperar. Pero sé que estaré en mi butaca el día del estreno.
En este clip, nuestra más reciente conversación sobre quién cumple más entre los cineastas mamadores: ¿Eggers, Vurgur® o Aster?
Nuestra reseña de Un lugar en silencio: día uno
Un lugar en silencio: día uno es una precuela que sigue la llegada de los seres extraterrestres que atacan a todas las criaturas que produzcan sonidos, y muestra cómo opera este fenómeno en pleno Manhattan, lo que eleva los stakes y crea una poderosa sensación de desastre. El personaje de Lupita Nyong’o es la protagonista, y su condición de cáncer terminal le da una perspectiva cínica (pero interesante) sobre la vida. A pesar de su enfermedad, ella lucha por sobrevivir y se encuentra con diferentes personas en su camino, incluyendo aquel señor metalero de Stranger Things con quien genera una profunda relación de empatía. La película combina momentos de tensión con momentos de intercambio humano y convivencia. Y como todas las cintas de la franquicia Un lugar en silencio, recomendamos verla en el cine para disfrutar de la experiencia inmersiva.
Mira la reseña completa de Kbri:
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¡Es temporada de Spoiler Boiler!
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¿Qué es ese olor? ¿Acaso están cocinando un Geek Fight de Vurgur? 😜
"Poor Things es como poner un poquito de The Lobster en el mundo del Mellon Collie and the Infinite Sadness". Gran verdad.
Se me figura también mucho al Imaginario del Doctor Parnassus de Terry Gilliam.